Late mi vena poética con versos para el corazón, Destilo poesía a manera de lágrimas, Y algo de prosa difusa en una canción. Acércate, anúdate a mi espalda y óyeme gemir Con mis manos en tu torso y en tu cabello, me sujeto, Callemos y escuchemos el silencio, los dos, Como si fuera un domingo por la tarde. Visítame a las tres, tomémonos un té, como antes, Y terminemos en donde siempre queremos comenzar. -¿Cómo lo quieres, con azúcar, con canela? -Siempre agridulce y entre tus piernas. -¿De menta, de limón, de yerbabuena? ¿Cómo me quieres? -Hoy me provocas con miel, miel en tu piel. Incrusta vidrio en mi piel… Y rásgate lentamente, Dolor y pasión, me gustan, lamentablemente, Visítame a las seis, obsérvame y luego adiós. -Despedidas en las que pedí y tú dabas, -Y ya no quiero darte más, no hasta que me des manzanas. -¿De pecado osado o de pasado rosado? -De cuando cerraba los ojos y nadaba entre tus brazos. -Y nos sumergíamos en el ocaso, pero hoy es otro caso. Respírame y vuélveme un suspiro tuyo, Y te hago verbo como gritos en susurros, Como alaridos y adjetivos, como chillidos y suspiros, Como respiros entrecortados, como en el sexo entre dos enamorados. Mutílame, poco a poco… Y hazme un nudo, Como el nudo de mis labios al rezar tu rosario. -Por favor, dime una última cosa antes de morir -No puedo, ya son las más de las seis y debo partir. -¿Y sólo así? ¿Sólo así vas a dejarme ir? -Así son nuestras despedidas con tus lágrimas agridulces. -Ya no quiero despedirme de ti, quédate. -Me quedo en tus versos y en tus parpados por el reverso. -Yo soy el verso, tú eres la música, quédate. -Tú eres la melodía, esa que me dolía a medianoche y en pleno mediodía. -Espera mientras la poesía vuela y tus miras y yo veo. -Pero tu eres poesía, y yo, tu desvelo. Son las nueve, debo salir ¿vienes? -Solo si mi boca en tus pupilas retienes. -Pero amor no es lo que siento, no es lo que sientes. -Es mi forma de asegurarme que en ti estoy presente. -Mentira, en realidad estás ausente. -Y para mentirme, tu sonrisa elocuente. -¿De qué me sirves si no estás? -Te sirvo para vivir, escribir y morir. -¿Morir? ¿Eres tú quien va a matarme? -Solo de placer, en tu cama, y al atarte -¿Me darás manzanas? -De las mismas que me diste a probar en el edén. -Perdona todas las preguntas, es que ya no te soporto. -Ya no me amas, ya no te importo. -Cállate y pon un cigarro en la sartén. -Cállate tú y quítate el sostén. -Pero mis pechos están llenos de cenizas. -Y yo soy el fénix que nace y las atiza. -Pero huelen a habanos y marihuana -Así huelen mis rocíos por la mañana. -¿Puedo hacerte una última pregunta? -Responderé con una disyunta. -Todo esto es sólo un sueño ¿verdad? -Todo esto es lo que tú quieras, hasta la mismísima realidad. -¿Entonces, amor ¿cual es la verdad? -Que eres verbo, poesía, música y melodía, y que hierves la pasión en la sangre mía. -Visítame a las diez, se nos fue el tren. ¿Te quedas dos días más? -Solo para navegar con los veleros de mis labios en tu mar -Mar abierto de mi abdomen, hombre al agua entre las olas, aún cuando naufragues en mi ombligo, aún cuando estés a la deriva ¿Pasarías dentro de mí tus días? -Este ser estará en tu ser, te diré que te amo y tu que me amas, veremos perecer el atardecer, y otros dos días podré pasar en tu cama.
Andrea C. López S. y Jorge L. Paredes G.